jueves, 20 de octubre de 2011

La historia del nadador más lento de la historia

Casi todos aplauden y gritan, se rompen las manos para hacer aún más efectivo su aliento. Otros, menos fervorosos, observan en silencio, casi atónitos, cómo ese hombrecito da brazadas en busca del extremo final de la piscina con un estilo más cercano a la desesperación que a una técnica medianamente depurada. Agotado, tras haber competido solitariamente, Eric Moussambani alcanza la meta con un tiempo "histórico" y pasa a la posteridad como el nadador más lento y la estrella de uno de los momentos más bizarros del olimpismo de todos los tiempos.

1m52s72 fue lo que demoró este nadador de Guinea Ecuatorial en completar la prueba de los 100 metros libres en los Juegos de Sydney 2000. Un registro que fue un récord en sí mismo considerando que duplicó al que emplean habitualmente los competidores más rápidos y hasta superó la marca mundial de los 200 metros.
"Los últimos quince metros han sido muy difíciles", admitiría luego un extenuado Moussambani que trataba de recobrar su normal respiración mientras dialogaba con los medios. "Estoy bien, muy feliz", concluyó con una sonrisa.

Nacido el 31 de mayo de 1978, Moussambani se adueñó de un lugar en los Juegos de Sydney gracias a un sistema ideado para permitir la participación de atletas oriundos de países en vías de desarrollo. En esa recordada prueba, el guineano competía inicialmente con dos rivales que habían accedido a los Juegos por este mismo sistema. Sin embargo, una salida en falso los eliminó de la competencia y dejó a Eric recorriendo los 100 metros absolutamente solo.

Así fue que al escuchar la señal de largada, "La Anguila" se zambulló y comenzó a nadar, demostrando rápidamente que su técnica ni siquiera rozaba la de un amateur, una característica comprensible a partir de estos detalles: quiso integrar el equipo de atletismo de su país, pero como estaba completo lo destinaron al de natación; ante la falta de instalaciones, se ejercitaba en la piscina de un hotel, de apenas 20 metros; tenía solamente ocho meses de entrenamiento; apenas vio las dimensiones de la pileta de Sydney, creyó que tenía 100 metros y que no debía hacer el trayecto de ida y vuelta.

Su actuación, de todos modos, lo convirtió en el hombre del momento, el más buscado y codiciado, y no sólo por los medios, sino también por empresas que lo proyectaban como la nueva cara de alguna publicidad. De ese modo, Eric firmó un contrato con la marca de ropa de natación Speedo, con la que se iba a entrenar en Florida, aunque nunca volvió a tener noticias de esta empresa. Según reveló él mismo, el vínculo rubricado estaba escrito en inglés, un idioma que no comprendía.

El guineano también paseó su figura por la TV, donde incluso vivió algunos momentos algo embarazosos, como cuando en un programa alemán le pidieron que compitiera contra una anciana de 85 años.

Sin prestarle atención a las burlas, Moussambani continuó entrenando en Barcelona y logró bajar su marca personal en menos de 60 segundos con el objetivo de participar en los Juegos de Atenas 2004. Pero un problema de visado lo dejó afuera de la competencia.

Algunas crónicas posteriores a aquella carrera "consagratoria" revelan que el nadador se convirtió en un ídolo para su país y para el continente africano -sus fans hasta crearon un web site-, y que muchos jóvenes comenzaron a practicar este deporte con el objetivo de imitarlo. En definitiva, otra demostración de que la historia deportiva ampara a todo tipo de personajes, hasta a "antihéroes" como Eric Moussambani.

Os dejo el video de la actuación de Moussambani en los Juegos Olímpicos de Sydney:


 Saludos a todos


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